FUENTE: ABC 17/05/2006
Uno de los cuadros más relevantes es el que el pintor Alfonso de Olivares dedicó a Antonio Cañero, una interesante obra vanguardista que hasta ahora no se exhibía
La fiesta de los toros como testimonio de la historia podría ser un título válido para la exposición que se inauguró ayer en la sala Vimcorsa. La conforman los fondos del Museo Taurino de Córdoba, que se están sometiendo a una restauración mientras el edificio de la plaza de Las Bulas se reconstruye. «Tauromaquia cordobesa. Desde el Romanticismo a la Transición. Fondos del Museo Taurino de Córdoba» es el título de la muestra que vuelve a sacar a la luz carteles, fotografías, esculturas y cuadros pertenecientes al patrimonio de este centro.
El comisario de la exposición, José María Báez, explicó que, si en muchas ocasiones estos documentos se han interpretado en clave anecdótica y sólo se ha visto su denotación taurina, a la hora de realizar la exposición se quiere hacer notar su implicación en la historia y en la sociedad de cada momento. El catálogo de la muestra, lujosamente editado y con textos en los que el propio José María Báez comenta con detalle cada obra y hace un perfil de los autores, abunda en esta idea de insertar las obras en su momento histórico.
La exposición se divide en ocho capítulos. La primera, «Sobre la fiesta de los toros», se centra en la iconografía de la lidia y del animal. Aparecen algunos de los grabados que Goya dedicó a la fiesta, cuadros costumbristas del siglo XIX y obras en que se representa a toros en dehesas, junto con otras que llevan firmas ilustres. Un cuadro de Rafael Botí y una escultura de Mariano Benlliure («La estocada de la tarde») son las más destacadas.
Las plazas anteriores
Llega luego el capítulo «Arena cordobesa», que muestra los distintos recintos que en Córdoba han acogido festejos taurinos. Tras un cartel en que se anuncia una corrida en la Corredera en el siglo XVIII, una colección de fotografías muestra cómo era el desaparecido Coso de los Tejares y dan cuenta de la construcción de la actual plaza en los años 60. Aquí empiezan a tomar importancia las fotos de Ladis (padre e hijo), autores de numerosas instantáenas de la exposición.
El resto de áreas se centran en los cinco califas del toreo (Lagartijo, Guerrita, Machaquito, Manolete y El Cordobés) y en el rejoneador Antonio Cañero. Del primero se exhibe una amplia colección de fotografías, todas del siglo XIX debidas a autores importantes de la época, como Jean Laurent y Eugene Pirou. Hay tres obras del escultor Mateo Inurria: un busto, una cabeza y su máscara mortuoria.
De Rafael Guerra sobresale el cuadro en que le retrató hacia 1902 Julio Romero de Torres, que las descendientes del diestro cedieron al Ayuntamiento el verano pasado. Del mismo autor es «Machaquito como apoteosis del toreo cordobés», en el apartado dedicado a este diestro, al que también pintó Roberto Domingo mientras toreaba.
Antonio Cañero es el protagonista de una de las obras más interesantes de la muestra: el cuadro que pintó Alfonso de Olivares y que hasta ahora permanecía en los almacenes del Museo Taurino. La exposición es la primera ocasión para verlo con detalle.
De Manolete y de El Cordobés el material gráfico es muy abundante, y se centra sobre todo en las fotografías de sus ya míticas faenas y de distintas apariciones con traje de calle.
La muestra permanecerá abierta en la sala Vimcorsa hasta el próximo 30 de julio.
Fecha inicio: 17-05-2006
Fecha fin: 17-06-2006