La obra El Diccionario en el Gran Teatro
TEATRO:
EL DICCIONARIO, de Manuel Calzada
Reparto: Vicky Peña (Mª Moliner), Helio Pedregal (Doctor), Lander Iglesias (Fernando)
Voz de José Pedro Carrión como El Juez
Escenografía e iluminación: Francisco leal
Vestuario: Pedro Moreno / Cristina Rodríguez del Yerro
Música y espacio sonoro: Mariano Díaz
Ayudante de dirección: Leo Granulles
Asistente a la dirección: Jorge Torres
Dirección: José Carlos Plaza
Hora: 20.30 horas
Precios: de 8 a 21 € (20% de descuento a alumnos y profesores de la ESAD de Córdoba, y a grupos de un mínimo de 10 personas)
LA MUJER QUE ESCRIBIÓ UN DICCIONARIO
María Moliner hizo una proeza con muy pocos precedentes: escribió sola, en su casa, con su propia mano, el diccionario más completo, más útil, más acucioso y más divertido de la lengua castellana. Un día se levantó a las cinco de la mañana, dividió una cuartilla en cuatro partes iguales y se puso a escribir fichas de palabras sin más preparativos. Calculó que lo terminaría en dos años, y cuando llevaba diez todavía andaba por la mitad. «Siempre le faltaban dos años para terminar», me dijo su hijo menor. Era natural, porque María Moliner tenía un método infinito: pretendía agarrar al vuelo todas las palabras de la vida. Su marido fingía una impavidez de sabio, pero a veces medía a escondidas las gavillas de fichas con una cinta métrica, y les mandaba noticias a sus hijos. Uno de ellos, a quien le preguntaron cuántos hermanos tenía, contestó: «Dos varones, una hembra y el diccionario». En 1967 -presionada sobre todo por la Editorial Gredos, que la esperaba desde hacía cinco años- dio el diccionario por terminado. Pero siguió haciendo fichas, y en el momento de morir tenía varios metros de palabras nuevas que esperaba ver incluidas en las futuras ediciones. En realidad, lo que esa mujer de fábula había emprendido era una carrera de velocidad y resistencia contra la vida. En 1972 su candidatura se presentó en la Academia de la Lengua, pero los muy señores académicos no se atrevieron a romper su venerable tradición machista. Ella se alegró cuando lo supo, porque le aterrorizaba la idea de pronunciar el discurso de admisión. «¿Qué podía decir yo », dijo entonces, «si en toda mi vida no he hecho más que coser calcetines?».
Extracto de Gabriel García Márquez publicado en El País, 10 de febrero de 1981
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