Baile ecuestre en los jardines del Alcázar

FUENTE: DIARIO CÓRDOBA -14/08/2009

El espectáculo ecuestre Pasión y duende del caballo andaluz volvió por tercer año consecutivo a las pistas de los jardines del Alcázar como reclamo principal para las tórridas noches cordobesas, refrescándolas con el embrujo de la música, el baile, y los gráciles movimientos de los caballos cordobeses.

Con el nombre de siempre se presentó un nuevo espectáculo con 15 jinetes y bailaoras, 30 caballos --de diversas ganaderías cordobesas-- y música, compuesta por músicos cordobeses e interpretada por dos agrupaciones de la ciudad.

El espectáculo contó con un lleno absoluto, hasta el punto de que hubo aficionados que no pudieron entrar a ver la función. Comenzó la representación con dos bellos ejemplares de caballos de pura raza española que mostraron la figura y el orgulloso aire de estos animales singulares en belleza, dinamismo, y elegantes movimientos. A continuación, un carrusel vaquero con gitanas a la grupa, dio alegría y colorido a la representación, mostrando la rapidez y eficacia de los caballos domados a la vaquera.

Continuó con un pase a dos de doma clásica, en el que una pareja de caballos españoles trabajaron sincronizados, poniendo de manifiesto las cualidades excepcionales de estos ejemplares para los aires elevados. Una amazona realizó los ejercicios vaqueros, mostrando chispa y pellizco, propios de esta manera tan singular de domar. Fue seguida por cuatro jinetes que desarrollaron sus habilidades con el palo de majagua, la flexible garrocha propia del trabajo en el campo con las vacas bravas. Una reprise de gran premio de doma clásica fue el ejemplo de otra manera de entender la doma, más académica pero flexible, atractiva y brillante, con aire de fantasía cordobesa. Los trabajos con riendas largas enseñaron el arte de dominar al caballo con la sola ayuda de las elongadas riendas, llegando su cénit con el sensual baile de bellas bailaoras con el noble ejemplar de caballo español. Los trabajos a la mano ofrecieron elevadas, posadas y cabriolas al son de la música, que deleitaron al público.

Uno de los números que más impresionaron fue el de un alumno de la escuela de equitación de Córdoba Ecuestre, Rafael Ruiz, que desarrolló un ejercicio vaquero. El baile por sevillanas entre un binomio vaquero y una bella gitana, culminando con impactantes paradas a raya, que elevaron el interés del espectáculo, continuó con seis caballos que realizaron cruces, serpentinas, piafés, pasages y paso español. Concluyó con una dinámica competición entre un coche a la limonera y una amazona de saltos de obstáculos.

Nueva y atractiva representación, que contó con la presencia del alcalde accidental, Rafael Blanco, presidente a su vez de Córdoba Ecuestre, responsable del espectáculo.

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